Un día nos sorprendió Theresa May y su pulsera con Frida Khalo; otro, Ana Patricia Botín se reconoció feminista -nunca es tarde-, y aseguró que en las empresas -quiero pensar que las suyas no- penalizaba quedarse embarazada; otro, una marca de ropa -muy elitista- vendió camisetas donde se leía ‘We Should All Be Feminists’, la conferencia de la nigeriana Chimamanda Ngozi Adichie